Resumen
La conversión de la energía solar a energía química en las plantas se realiza a través de la fotosíntesis, que es el principal sostén para la vida en el planeta, ya que es en este proceso en el que se da la fijación del CO2 y como resultado final los azúcares, que son la fuente principal de energía para los tejidos no fotosintéticos de las plantas. Durante la evolución, los azúcares no solo fueron, sino son una fuente de energía para las plantas y adquirieron la función de moléculas señalizadoras; es decir, moléculas mensajeras que perciben y comunican las variaciones del estado energético de la planta a través de diversos receptores proteícos situados extracelular e intracelularmente. Tanto los monosacáridos (glucosa y fructosa) como los disacáridos (sacarosa y trehalosa) desencadenan diferentes vías de señalización que involucran la participación de diversas cinasas y factores de transcripción para modular la expresión de diversos genes relacionados con el crecimiento, desarrollo y respuesta al estrés de las plantas. El objetivo de esta revisión es proporcionar un panorama general de las fuentes que generan los azúcares, sus mecanismos de transporte, así como el conocimiento actual de la percepción y la señalización mediada por estos compuestos y su impacto en la vida de las plantas.
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