Este libro caracteriza y propone un modelo de innovación intercultural que incorpore conocimientos tradicionales, locales, científicos y tecnológicos con la finalidad de generar innovaciones más justas, democráticas y plurales. A partir de una perspectiva epistémica pluralista se analizan distintas nociones de conocimiento, marcos conceptuales, comunidades epistémicas y prácticas que emergen en una sociedad intercultural como la mexicana. En la primera parte el autor describe y analiza los paradigmas imperantes de la innovación, el llamado “mainstream” de la innovación, desde la propuesta neoclásica schumpeteriana hasta la perspectiva social y de innovación responsable planteada en el marco europeo como Responsible Research Innovation (RRI). En esta vertiente, Javier Echeverría ha enfatizado que bajo este modelo la investigación científica se orienta a la innovación como aquella que tiene un valor primordialmente económico (la ganancia) y no tanto epistémico (la verdad, la objetividad, la racionalidad). Este cambio de valores de la investigación científica y tecnológica da origen a la tecnociencia que es la forma primordial de conocimientos en el presente.

Desde esta perspectiva el autor discute si es posible tener una perspectiva de la innovación socialmente deseable en la que se incorpore la diversidad de actores, conocimientos, valores sociales y prácticas epistémicas y, por otro lado, pueda desarrollarse una propuesta micro-económica justa entre los distintos actores. Para ello analiza esta posibilidad a través de dos casos: La Mondragón Corporación Cooperativa en el País Vasco, España y las estufas Patsari en Michoacán, México.

El primer caso es especialmente importante porque demuestra en los hechos que la innovación puede orientarse simultáneamente a mejorar la productividad económica en el mercado capitalista, atender las necesidades de la sociedad, no sólo locales, sino también mundiales, a incorporar una diversidad de saberes y prácticas exitosas, no sólo científicas y a promover una distribución equitativa de la riqueza bajo el sistema cooperativo. El segundo caso es muestra de la apropiación social de las ciencias y las tecnologías y su integración con las prácticas y saberes tradicionales de comunidades marginadas, principalmente indígenas, que permite reducir significativamente los daños a la salud que causan los fogones de leña o carbón a los que recurre más de la mitad de la población mundial para cocinar y protegerse del frío. Estos estudios de caso muestran la viabilidad práctica del modelo de Innovación Intercultural que propone Juan Carlos García.

El libro que el lector tiene entre sus manos tuvo origen en la investigación doctoral del autor, quien gracias a su aportación al conocimiento recibió el premio a la mejor tesis doctoral en el área de humanidades otorgada por la Academia Mexicana de Ciencias en 2016. Por tanto, se invita al lector a reflexionar sobre otras posibilidades para incentivar la innovación.